CHIQUIS Y PEPE

Los Políticos / Por: Salvador Muñoz

Veracruz en este siglo tiene en claro algo con sus políticos: quien respira, aspira. Aquí a nadie hay que dar por muerto, aun cuando Cuitláhuac cargue no sólo con todos los que van en su sexenio, sino también con los ataúdes… Por cierto, el mismo García Jiménez es un claro ejemplo de la frase que abre este párrafo: quien respira, aspira.

 

Recuerden que allá, en 2016, fue de los perdedores en la contienda por la Gubernatura y si no mal se recuerda, con un honroso tercer lugar… Decimos “Honroso tercer lugar” porque en esas fechas alcanzó unos 800 mil votos, por los 900 mil de Héctor Yunes y el millón de Miguel Ángel Yunes Linares.

 

Dos años después, Cuitláhuac volvería a competir para obtener el triunfo por la Gubernatura, dejando en segundo lugar a Miguel Ángel Yunes Márquez, superado por casi 200 mil votos; mientras que Pepe Yunes obtendría la más baja votación para el PRI con arriba de 500 mil votos.

 

Justo sería recordar que Yunes Linares en 2010 compitió por la Gubernatura que en esa fecha ganó Javier Duarte de Ochoa por margen de casi 80 mil votos… y sí, seis años después regresó Don Miguel para dar paso a la alternancia en Veracruz.

 

Estas referencias de “segundas oportunidades” reflejadas en un panista y un moreno son traídas a cuento porque a casi un año de la renovación del Poder Ejecutivo en Veracruz, hay dos ex candidatos que vuelven a sonar en el imaginario colectivo de dos partidos: PAN y PRI. Los personajes son Miguel Ángel Yunes Márquez y Pepe Yunes Zorrilla, ambos ex contendientes por la gubernatura en 2018 y a quienes las encuestas vuelven a sacar una y otra vez cuando se trata de averiguar qué candidato de la alianza PAN-PRI y PRD podría vencer a cualquiera de las corcholatas que designe Morena.

 

Si uno se atuviera a los números de la pasada elección, es evidente quién sería el candidato, pero si nos atenemos a otras cualidades que un ungido debiera tener como simpatía y carisma, son conceptos que uno no encuentra en el xalapeño por nacimiento, boqueño por adopción y neo-porteño por conveniencia. Aunque a todos nos queda en claro que en estos nuevos tiempos donde asentó sus reales la 4T, poco importa si el candidato es antipático, gris, neófito, bruto o esté amaestrado… Los tiempos en que se pretendía estar preparado para Gobernar, ya pasaron… y queda más que claro que las elecciones se tienen que ganar con votos, nada más, como tiene que ser, como ha sido y como es.

 

Ahora, si se pone en una balanza a estos dos Yunes, cuál cree que esté mejor preparado para entrar a una contienda donde hay que irse con todo, ¡hasta con la cubeta! ¿Chiquiyunes o Pepe? ¿Quién cree entre ellos que sea capaz de aportar más votos a la causa?

 

Ponga este escenario a nivel nacional… Quién cree que pudiera dar una batalla sin cuartel, al mismo nivel que les gusta a los morenos: ¿Lilly Téllez o Santiago Creel? ¿Quién cree entre ellos que sea capaz de aportar más votos a la causa? ¿La dama o el caballero?

 

Como sea, para no variarle a nuestro siglo en ciernes, a casi 25 años de iniciado, el apellido Yunes es una constante que se hoy se combina con la probable oportunidad que al menos uno de ellos volverá a tener para ir por la revancha este 2024 y a su vez, confirmar que así como pudo Yunes Linares y Cuic, ellos pueden repetir la hazaña de que la segunda, es la vencida… por supuesto, no aplica en AMLO, que fue hasta la tercera…

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