En el Estado… La Iglesia llama a no ser indiferentes ante la pobreza, falta de empleos y corrupción
*La fe en Cristo como motor de cambio para enfrentar las problemáticas sociales.
Xalapa, Ver.- Ante la realidad de la pobreza, la falta de empleos y la corrupción que aquejan a la sociedad, la Iglesia ha enfatizado la importancia de no ser indiferentes y de vivir la fe en Cristo como un poderoso revulsivo. En tiempos difíciles como los que se viven en Veracruz, la exigencia de tener un carácter emprendedor y audaz no es la única solución, sino que el amor de Dios y la pasión por el Reino de los Cielos deben impulsar a los discípulos de Jesucristo a atender las necesidades de los más vulnerables.
La vida y el servicio de Jesucristo son un ejemplo inspirador para los creyentes, ya que Él dio su vida en la cruz por la gente más necesitada, renovando la conciencia de las personas con el poder del amor divino. El modelo de acción propuesto por Cristo invita a los cristianos a unirse a Él, poner su fe y su vida en el árbol de la cruz, y actuar en consecuencia para ayudar a los más vulnerables.
El Padre Juan Beristain de los Santos, director de la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, destaca que el cristiano no puede hacer mucho por los demás por sí solo, sino que es fundamental celebrar la fe en Cristo y hacer oración para actuar en favor de los más necesitados. Citando a Santa Edith Stein, el sacerdote subraya que el poder del amor en la cruz permite estar presente en todos los lugares del dolor y derramar la sangre preciosa de Cristo para mitigar, salvar y redimir.
Es a través del amor y la compasión que dimanan del Corazón Divino que se puede brindar esperanza de vida a los excluidos y marginados de la sociedad. Siguiendo este camino del amor, la Iglesia busca llegar a los más vulnerables y necesitados de la sociedad veracruzana, inspirando a los creyentes a comprometerse con la causa de aquellos que más lo necesitan.
En un llamado a la solidaridad y la acción concreta, la Iglesia exhorta a todos a no ser indiferentes ante las problemáticas sociales, y a poner en práctica el mensaje de amor y servicio que Jesucristo nos dejó como legado.
