En lo Estatal… Sufren familiares de pacientes psiquiátricos desabasto de medicamentos.

En la banqueta de la calle Aguascalientes de la colonia Progreso Macuiltépetl, en Xalapa, afuera del edificio que alberga el Instituto Veracruzano de Salud Mental “Dr. Rafael Velasco Fernández” se puede observar a los familiares que esperan a sus pacientes mientras son atendidos por psiquiatras, médicos generales, psicólogos y hacen los trámites administrativos para la siguiente cita.
Ahí estaba Pedro Velázquez, entre sus manos tiene una bolsa con dos tortas envueltas en servilletas que su esposa preparó desde la mañana antes de viajar de Tlacolulan a Xalapa.
Pedro es un hombre de 64 años, se muestra preocupado, porque hasta hace un mes su hija de 36 años era mujer activamente laboral y económica, jefa de familia y madre de un niño de cuatro años, hasta que comenzó con colitis, luego perdió el conocimiento, comenzó a llorar, entró en crisis y dice que “ve a personas que ya no existen y grita, pide que se vayan”.
El padre de familia con estudios de primaria expresa su dolor, quisiera saber qué enfermedad presenta su hija, cómo curarla y aunque reconoce que el medicamento tiene un costo elevado, el amor por su hija lo impulsa a encontrar soluciones “y hasta daría mi vida por ella”.
Para él y su familia ha sido un golpe muy fuerte ver que su hija menor, egresada de la Facultad de Agronomía de la Universidad Veracruzana, y actualmente estudiante de un curso de Enfermería y Cuidados, de repente se quedó quieta, perdió el conocimiento y presenta sufrimiento cuando ella asegura ver personas que intentan hacerle daño.
“Hace muy feo, primero empieza a mover sus manos, se queda tirada, ya no habla. Los médicos nos dicen que es mucho estrés lo que tiene. Ella trabajaba con una maestra de la UV, pero con la pandemia la maestra la puso a cuidar a su mamá, por eso se metió a estudiar enfermería, y a cómo vemos ya no va a regresar a estar bien. Su niño tiene tres años, lo tuvo así, no tiene papá, y ahorita tenemos que comprar medicinas”, expresó el padre de familia.
Tlacolulan es un municipio que se ubica a una hora de Xalapa, por la condición de su hija no pueden viajar en un camión del transporte público, así que pagan un taxi que les cobra 250 pesos, a eso se le suma el medicamento con un costo de mil pesos.
“La consulta no nos la cobran, mi esposa dice que la atienden bien, pero no hay medicinas, luego vamos a buscar a la farmacia y tampoco hay, tenemos que andar buscando aquí allá, hasta que la encontremos, porque el medicamento la mantiene tranquila”, finalizó el padre de familia.