Pobreza franciscana
El Confesionario de Rasputín

El Confesionario de Rasputín
Por: francisco Rubén Chávez Osorio
Volviendo la memoria hacia la edad media, un rico mercader de nombre Giovanni di Pietro Bernardone quien tuvo un hijo al cual como muchos padres teniendo la capacidad económica resuelta, le daba todo a su heredero para que disfrutara de la vida y su juventud a como era el estilo en aquella región de Italia llamada Asís.
Francesco, como los jóvenes de su edad y en aquel lugar disfrutaba de las diversiones y placeres que a un joven con recursos económicos suficientes para derrochar en lo que quisieran tenían a su alcance y forma de vida; y si nos aventuramos un poco no hace falta mucho para imaginar a lo que hoy se le llama un “junior” y su estilo de vida; sí, justo así era su vida, sin duda, además con el ímpetu de la juventud…
Además, según sus biógrafos, era inteligente con habilidad para el negocio y tuvo afición por la elegancia y la caballería. En el año de 1202 estuvo preso por un altercado; se dice que el cautiverio y el haber padecido una enfermedad generaron en él un sentimiento de insatisfacción por el estilo de vida que llevaba. 4 años más tarde según las narraciones, Francesco tuvo una visión en el pequeño templo de San Damián, el cual se encontraba abandonado; el habría escuchado una voz en medio de la contemplación donde Jesucristo le decía “Ve, Francisco repara mi Iglesia, ya lo ves, está hecha una ruina” …convencido de ello, Francisco tomó parte de la mercancía del negocio familiar lo vendió y el dinero lo entregó a la iglesia para comprar el material y reparar ese templo de San Damián, que en ese momento creía era lo que se le encomendaba. Parte de la historia se sabe que Giovanni el padre de Francisco, se enojó demasiado y fue a hablar con el obispo para que persuadiera a su retoño de dejar tal locura, y hay una escena que se nos narra de como Francisco en plena ceremonia religiosa de despoja de toda la ropa y quedar completamente desnudo ante los asistentes a la Misa, como un acto de renuncia a todos los bienes materiales, ya que su padre lo había amenazado con desheredarlo; y a sus 25 años con una tosca túnica y sencilla amarrada con un lazo y sandalias iniciaba su misión visitando a los enfermos y a los más pobres de las comunidades, predicando la pobreza como un valor y una vida sencilla basada en los valores del evangelio. Años más tarde tuvo que solicitar la anuencia del vaticano para poder predicar
de manera aceptada por la iglesia jerárquica, lo que es hoy en día la orden franciscana; es decir de aquellos que tomando como modelo de seguimiento a Jesucristo prefieren los bienes espirituales, renunciando a los materiales; por cierto, de los primeros franciscanos fueron sus amigos también Clara y Antonio de Padua.
Francisco de Asís, es sin duda uno de los personajes o seguidores de Jesucristo más radicales de la Iglesia, y se sabe que el recibió los estigmas de Jesús.
¿Y todo esto que Rasputín?
Bueno, solo para ilustrar un poco del origen y verdadero sentido de la mentada frase de lo que quiere el presidente que viva el pueblo…repito, el pueblo, porque el pueblo de México ha de pasar por su designio de la austeridad republicana a la “pobreza franciscana”, y es que resulta ofensivo, grosero, burlón por decir lo menos, toda vez que la familia presidencial no ha dejado de asumir una conducta totalmente contraria, por cierto, eso me recuerda a la Rusia zarista…
“Pobrecito hombre, ya déjenlo en paz, no se metan con su familia, los otros robaron más…si tu estuvieras ahí también te vestirías igual” …
¿Le suenan las frases?, seguramente que sí, y es que el problema no es que use alguien ciertas prendas de marca de muy alto costo, por cierto, siempre y cuando haya sido fruto de un trabajo bien habido, honesto, etc.
“es que los anteriores lo hacían”, ajá, y no por ello estaba bien; la diferencia es que se llora, se juzga se señala y se desagarra las vestiduras por los pobres, pero la incongruencia no cuadra, eso es mentir, eso no es ser honesto.
Considero que si él y sus seguidores no usaran a manera de estribillos frases sectarias no pasaría nada, y no porque los abusos sean cuestión de tomarlos como naturales, no; para nada, pero escrito está “no juzgues y no serás juzgado, porque con la misma vara que midas, serás medido” …
“y ¿Por qué miras la paja en el ojo de tu hermano, y no miras la viga que tienes en tu propio ojo?” (Mt.7, 1-5)
Además, el complemento es que “por sus frutos los conoceréis” (Mt. 7,15-20)
así las cosas ¿cree usted que aplica la “pobreza franciscana?”
¡Arrepiéntanse hijos de Dios y vayan al confesonario que aún es tiempo!…